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omo cualquier profesión, existen diversos
motivos por el cual convertirse en un
arquitecto. Hay personas que han tenido el gusto desde infantes, en
otros fue más tardío, quizás el gusto fue al ver obras ya realizadas y tales
atraparon la atención del espectador o simplemente los padre impusieron el
estudio en el sujeto; en fin, la lista se extendería y nunca se terminaría de
exponer tantas razones.
Ayuda
y enseñar a otros. El
arquitecto puede diseñar y proyectar para un dueño único, pero esto es en
cuestiones formales, en realidad, se debe de tomar en cuenta todo ser vivo
alrededor y dentro del diseño. De esta manera se entiende que no solo delimita
espacios para ciertas actividades, sino que se tiene una influencia de gran
impacto hacia el desarrollo (vida) de los usuarios.
Gusto por el dibujo. El saber dibujar es
parte fundamental del desarrollo estudiantil en esta profesión, no obstante la mayoría
cae en la trampa ambigua del dibujo y creatividad; el dejarse llevar por
factores tan vagos solo alejar al ente
artístico que solía ser el arquitecto. Es evidente que en el presente, el “buen
dibujo y la buena representación” son parte fundamental del desarrollo de un
proyecto, pero cabe recordar que el dibujo es únicamente un medio por el cual
se plasman las ideas; no es un fin para la arquitectura.
Dinero
y estilo de vida. La
mayoría de las personas prefieren esta profesión ya que se tiene la idea que
podrán así generar una mayor cantidad de ingresos. El campo de la arquitectura
es muy amplio y de diversas áreas que requieren de cierta especialización, que
dependiendo de la actividad, nivel económico y de las “amistades” se reflejará
en los ingresos adquiridos durante el trabajo. No obstante la vida de
arquitecto es muy difícil, cada año se encuentra una gran cantidad de
arquitectos egresados que buscan un puesto decente para poder sufragar los
gastos que día a día se presentan, mientras por otra parte, una gran cantidad
de “arquitectos” realmente no se desempeñan como tal, se está en algún campo de
la arquitectura-construcción tales como:
- · Construcción
- · Dibujante
- · Maquetista
- · Perito
- · Diseñador de interiores
- · Bienes raíces
- · Investigador, etc.
Fama.
Con suerte y destreza se obtiene
el nivel económico deseado; además de contar con talento excepcional ya que la
mayoría de los arquitectos se hacen famosos al realizar trabajos que son
reconocidos por su excelencia, trabajos que suelen ser innovadores. Aunque la fama
pudiese ser la aspiración de todo profesionista, ésta suele tener dos caras, ya
que para ser famoso no hace falta tener terminados innovadores, ni
espectaculares edificaciones, la inmoralidad, inconciencia, falta de ética y compromiso con la sociedad.
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Fuente: Herrera, C. F. (2013). Exceso de ego mata tu talento. Recuperado de http://momentosdeunarquitecto.com/tag/ego |
Inmortalidad. La arquitectura es la
única profesión en donde se permite crear algo que perdure y eventualmente
llegue a ser inmortalizado en la historia. El hecho de dejar una huella por el
paso de nuestra vida, sería la meta de todo ser humano; de ésta manera las
futuras generaciones sabrán lo que sus antepasados hicieron y quienes fueron
los participantes.
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Fuente: efotos. (2009). Norman
Foster y sus curvas. Recuperado de http://www.forodefotos.com/grandes-edificios-torres-de-pisos/5359-norman-foster-y-sus-formas-curvas.html
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Fuente: coolhuntermx. (2012). Centro Roberto Garza Sada. Recuperado de http://coolhuntermx.com/centro-robertogs |
La formación del arquitecto varía en muchos
aspectos de acuerdo a cuestiones con el contexto local que se vive (históricas
o prácticas), pero en su mayor parte está relacionado principalmente con la
creatividad para resolver problemas. El arquitecto debe ser ante todo, una
buena persona. Esto significa que debe ser responsable y tener el deseo y la determinación de mejorar
la situación del género humano y del medio ambiente. Pero debe ser también una persona preparada, capacitada para realizar las tareas concretas
que competen al arquitecto, como diseñar, construir, investigar, planificar,
etc. Por lo tanto, la formación de este profesionista es compleja y cada una de
las tareas para las que se debe estar preparado es necesario un conjunto de
conocimientos y habilidades que requiere de teoría y mucha práctica:
- · Diseñar, se requiere un profundo conocimiento por la antropometría del usuario entendido por la concepción del espacio, conocer los principios compositivos que lleva a una obra funcional y estética, además de estar al tanto de los últimos adelantos y aplicaciones de sistemas constructivos de los cuales también se requiere noción para el diseño estructural.
- · Investigar, el arquitecto debe entender el proceso del desarrollo de la vida humana y el porqué de diferentes manifestaciones social; en conceptos simples se requiere el poder entender, observar, analizar, criticar, evaluar y exponer la problemática que se presenta.
- Planificar, implica saber conocer el todo y sus partes y la relación de las partes entre sí y con el todo. Para esto, el arquitecto debe entender el lenguaje de los economistas, de los sociólogos, de los antropólogos y arqueólogos, de los ingenieros civiles, etc.
Ver la arquitectura, entenderla y sentirla no
es algo inmediato. Requiere un aprendizaje. Así como para escuchar música o
para leer poesía no es suficiente una simple predisposición natural, para la
arquitectura sucede exactamente lo mismo. Existe, tal vez, la falsa convicción
de que, puesto que la arquitectura envuelve constantemente, se vive en ella y
la percibimos tanto si le prestamos atención como si la experimentamos de un
modo distraído, esta experiencia no necesita ningún tipo de preparación. También
oímos toda suerte de ruidos y músicas que nos llegan desde cualquier parte. Pero
con ello no accede a la sutileza de una cadencia o al juego temático de una
sonata, ni se disfruta de ellos. Sólo oyendo atentamente y conociendo las
intenciones y las diferencias se abre ante nosotros el amplio mundo de la creación
musical, de sus distintas sensibilidades. En el caso de la arquitectura sucede
exactamente lo mismo.
Es ingenuo o grosero pensar que todo es evidente. Que no
es necesario aprender porque nuestra experiencia inmediata ya nos da acceso a
todas las posibles riquezas del espacio intencional que conforman la
arquitectura. Todos estos valores no son fruto del azar ni del exclusivo ingenio
del autor. Se inscriben en tradiciones duraderas, en reglas a veces no escritas
pero que forman el entramado que sustenta una propuesta particular.
La formación del arquitecto debe llevarlo a
utilizar el sentido común, a tener criterio,
debe lograr que sepa cómo buscar
una determinada información, debe propiciar que continuamente investigue y
aprenda y continúe formándose a lo largo de toda su trayectoria profesional. “¿Cómo
preparar a alguien para hacer lo que todavía no ha sido hecho?”Mansilla L. M. (2005).
Si el Arquitecto proyecta y construye para
una sociedad en un momento histórico y un sitio determinado, y si la
arquitectura resultante es para bien o para mal fiel testigo de los cambios de
esa sociedad, ¿los planes de estudio no deberían
también ajustarse a dichos
cambios y
renovarse constantemente?
Se los dejo a su consideración...
ATT. Elarqui
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