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omo cualquier profesión, existen diversos
motivos por el cual convertirse en un
arquitecto. Hay personas que han tenido el gusto desde infantes, en
otros fue más tardío, quizás el gusto fue al ver obras ya realizadas y tales
atraparon la atención del espectador o simplemente los padre impusieron el
estudio en el sujeto; en fin, la lista se extendería y nunca se terminaría de
exponer tantas razones.
Ayuda
y enseñar a otros. El
arquitecto puede diseñar y proyectar para un dueño único, pero esto es en
cuestiones formales, en realidad, se debe de tomar en cuenta todo ser vivo
alrededor y dentro del diseño. De esta manera se entiende que no solo delimita
espacios para ciertas actividades, sino que se tiene una influencia de gran
impacto hacia el desarrollo (vida) de los usuarios.
Gusto por el dibujo. El saber dibujar es
parte fundamental del desarrollo estudiantil en esta profesión, no obstante la mayoría
cae en la trampa ambigua del dibujo y creatividad; el dejarse llevar por
factores tan vagos solo alejar al ente
artístico que solía ser el arquitecto. Es evidente que en el presente, el “buen
dibujo y la buena representación” son parte fundamental del desarrollo de un
proyecto, pero cabe recordar que el dibujo es únicamente un medio por el cual
se plasman las ideas; no es un fin para la arquitectura.